(Alcobendas, 17 de noviembre
de 2012). Lo difícil de la crónica de hoy es empezar a escribirla. Debería ser
muy corta: Mal partido de nuestras chicas de Cadete B ante un Leganés muy
superior. Pero en el deporte, como en la vida hay derrotas que deberían enseñar
mucho, y esta es una de ellas, porque independientemente de la calidad de tu
juego lo que nunca debe faltar es actitud.
Si simplemente
hubiera asistido a este partido sin haber visto los anteriores y los
entrenamientos de la semana, les contaría simplemente que la diferencia técnica
entre ambos equipos se ha visto reflejada en el marcador, 25-5 / 25-20 / 25-16.
En el acta pondrá 25-15 en el último set, pero con lo difíciles que estaban hoy
los puntos no pienso renunciar a uno de ellos simplemente porque se despistó en
el último momento el árbitro asistente.
Pero da la
casualidad que sí he visto los anteriores partidos y sí he visto los
entrenamientos de esta semana y lo que conozco de este equipo no es lo que se
ha demostrado hoy en la pista. Si releyéramos crónicas anteriores, especialmente
de los dos primeros partidos, llegaríamos a la conclusión que este equipo a
falta de formación y algo más de técnica le sobraba corazón y coraje y que con
ellos puso en jaque a equipos de altísimo nivel, entre ellos ni más ni menos
que al equipo Cadete A de Alcobendas. Pero hoy, el coraje, el corazón e incluso
la sangre se han quedado en casa, y eso que en el inicio del segundo set
parecía que aparecía, pero fue más por la relajación del Leganés A que por lo
que todos esperábamos.
Y es que las claves
del partido aparecieron antes del comienzo. Ver el calentamiento del Leganés A
ha sido todo un espectáculo. El Leganés A no es un es un equipo con estrellas
como otros: es, ante todo, un equipo. No hay torres, y ver a las más bajitas
como saltan y manejan los tiempos en los remates, golpeando la bola dos palmos
por encima de la red con gran potencia y colocación, ver a las colocadoras como
dejaban la bola con gran altura y cercanía a la red, facilitando enormemente el
trabajo de las rematadoras, ver cómo sacaban, cómo recibían y cómo se movían
por la pista nos dejó una impresión a los asistentes de que uno de los grandes
había venido a jugar hoy. Y ahí estuvo el problema: el Alcobendas también lo
vio. Y si a esto le unimos la desconfianza que generó el último partido en
Coslada, que se pudo ganar si se hubiera ido a ganar, provocó que el Alcobendas
B iniciara el partido sí, pero no empezó a jugarlo. Un parcial de 16-1 en el
primer set dejaba claro lo que hacía cada equipo, y a pesar de los esfuerzos de
la entrenadora en cambiar el ánimo con un tiempo y un buen discurso al
principio del partido, el mensaje no pudo cuajar ante una actitud triste y
desconfiada de las jugadoras, que si bien cambió algo en el segundo set cuando
el marcador no fue tan agresivo por la relajación del Leganés A, dejó claro en
el tercer set que este había sido el problema. La prueba es que las jugadoras
apenas se hablaron durante el partido.
Pero no hay que ser
del todo negativos, y les contaré que se han visto cosas nuevas y buenas.
Empieza a haber juego en equipo y no acciones de coraje aisladas. Empieza este
equipo nuevo a conocerse y a apoyarse (en cánticos y ánimos ganó Alcobendas por
3-0), empieza a escucharse a la entrenadora sin escuchar luego las excusas de
las jugadoras, el equipo se mueve bien en la pista y se ve estrategia: ya no
son sólo seis jugadoras que rotan una detrás de la otra. Hoy simplemente ha
fallado lo mejor de este equipo: la actitud. Y la actitud se puede recuperar.
Me queda sólo un
mensaje para las jugadoras: esta derrota debe enseñar. Debe recordaros que es un deporte que en esta edad es para disfrutar, que
no se pueden repetir las caras que había durante y después del partido. Debe
enseñar que en cada punto se debe reflejar nuestro esfuerzo de todos los
entrenamientos y, sobre todo, el agradecimiento a un club y a las personas que
trabajan en él, que hacen posible que podáis disfrutar de lo que os gusta. Y si
salís de un partido habiéndoos dejado el alma, independientemente del
resultado, vuestras caras reflejarán la satisfacción del esfuerzo realizado. El
marcador de hoy se podrá repetir, pero la actitud no debería.
Crónica de Miguel
Torán
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