jueves, 24 de mayo de 2012

VETERANS-A GANAN EL PRESTIGIOSO TORNEO INTERNACIONAL “PROMESAS DEL VOLEY 2012” DE ALCOBENDAS


19 de Mayo 2012, Alcobendas. 
Esta aventura comenzó a gestarse hace unas semanas no sé bien cómo. El caso es que el club Feel-Volley de Alcobendas, una de las referencias en toda España en equipos de base pero también recientemente nuevo equipo de Superliga 1 femenina y campeón de la copa de la princesa 2012, nos invitó a este torneo para equipos veteranos. Tal vez recibieron la información de nuestro triunfo el año pasado en la liga catalana o quizás alguna persona bienintencionada les había dado buenas referencias de nosotros; da igual.

El caso es que nuestro equipo había preparado este viaje con ilusión, con ganas de probar fortuna y de probarnos a nosotros mismos, también pensando en que tenemos que jugar las fases finales de Catalunya  en menos de un mes y podría ser una buena preparación.

Pero esta ilusión se transformó en sorpresa, inquietud y nerviosismo cuando se nos comunicó el plan de partidos y los rivales: Feel-Volley A y B y Maccabi. Se nos hizo un nudo en la garganta a algunos. Por la cabeza me pasaron aquellos mitos del basquet como Miki Berkowitz y Aroesti, y pensé que igual habían traspapelado el nombre de nuestro equipo por error.

Salimos 9 componentes del equipo en 2 coches el viernes 18 después de comer: Francesc, Emilio, Toño y Santi en el coche de éste, y Marc en su coche con todas las chicas, Míriam, Núria, Silvia e Ileana, naturalmente.

El viaje se nos hizo algo largo, con alguna que otra vicisitud y dedicados a apostar cuántos puntos haríamos por set (nadie apostaba por más de 10); sobre las 21 h. estábamos ya en las laberínticas rondas de Madrid.

Me dejaron en Fuencarral, mi hogar de niñez y juventud, y ellos siguieron un poco más hasta Alcobendas, donde habíamos quedado a las 22 h. en un conocido asador para reponer fuerzas e iniciar el proceso de confraternización con nuestros anfitriones. Después marcharon a descansar a diferentes alojamientos que nos habían reservado amablemente, dos de ellos sus propias casas.

A las 11 h. del sábado se había fijado la hora de los primeros partidos, que afrontamos después de una noche algo agitada para algunos. Feel-Volley A vs Vall d’Hebron y Feel-Volley B vs Maccabi. Jugamos en un coqueto y muy funcional nuevo pabellón de una escuela, del cual ellos ejercen de “porteros”.

Empezamos el partido nerviosos, tanto en ataque como en defensa. Fallamos algún que otro saque y nuestros ataques no hacían apenas daño, con los brazos algo encogidos. Fuimos a remolque todo el set y finalmente lo perdimos por 25-21, a pesar de los 2 tiempos muertos consumidos por la buena de Silvia, nuestra entrenadora en funciones, y sus arengas e intentos de reconducción. Pero nos dimos cuenta de que habíamos estado siempre cerca, a pesar de todo. Y salimos a cambiar el rumbo en el 2º. Pero tampoco nos fue bien. Y fue así porque en realidad ellos eran un excelente equipo, equilibrado en todas las posiciones y con calidad para todas las facetas del juego (no en vano eran sus mejores jugadores, incluida la gran Lily Zommer). Así llegamos al 19-12 en contra y lo vimos todo perdido. Pero en ese momento una serie de saques de Ileana, nuestra otra colocadora, les hizo descolocarse algo, lo suficiente para dejarnos acercar en el marcador y aferrarnos como un clavo ardiendo al nuestra última oportunidad. Y apareció el espíritu Vall d’Hebron, ese que llevamos marcado en nuestro ADN a fuego y que tarde o temprano sale y es el 7º jugador, a veces el más decisivo. Ellos pidieron su primer tiempo (nosotros ya los habíamos agotado) y allí Silvia vio llegado el momento. Apretamos todos los dientes y cada uno en su puesto cumplió el cometido, ganando el set por apretadísimo y dramático 24-26, después de varias igualadas y salvando, creo recordar, un punto de partido en contra. Ellos no cedieron ni un ápice y no hicieron concesiones; iban a por todas. Pero nosotros también. Y empezamos a ser nosotros mismos, con la fuerza y el coraje de la remontada, y ganamos también el tercer set y partido 22-25 si no recuerdo mal. Todo muy igualado, como veis; pudo ganar cualquiera, pero fuimos nosotros cuando Silvia nos hizo creer en nuestra propia valía y nos hizo resurgir de la duda y la inseguridad, además de recordarnos qué escudo llevábamos en la camiseta.

He de decir que ese espíritu se manifestó además en el apoyo constante del banquillo, materializado en ánimos y en el atronador Vall d’Hebron, Vall d’Hebron, Vall d’Hebron ……… cantado a coro por todos, que hizo temblar los cimientos nuevos y acongojó a público y contrarios, mostrando a todos la verdadera leyenda de los indomables, nuestra seña de identidad.

Estallamos de alegría y nos fuimos a la ducha con un subidón. La palabra Maccabi aún nos impresionaba, pero no serían mejores que los mejores de Alcobendas.

Y nos fuimos todos de tapeo y cervecitas por Alcobendas con nuestros anfitriones y rivales, aprovechando el sol del mediodía. Luego, la familia Muller-Zommer nos invitó a comer a su casa, obsequiándonos con todo tipo de atenciones y muestras de hospitalidad (a pesar de lo sucedido antes), signo inequívoco de clase y categoría (no han conseguido todos sus éxitos por casualidad). Los aperitivos, la comida y hasta la siestecita en los sofás de los Muller fueron muy agradables y placenteros pero, ay, sólo eran el preludio de una tarde agitada, más de lo que creíamos a esas horas.

En efecto, habíamos quedado para el siguiente partido  con el Feel Volley B a las 18 h. pero, de camino nos propusieron como quien no quiere la cosa (ah ladinos!) que jugáramos los dos partidos que quedaban seguidos para tener libre el domingo. Los podríamos jugar a dos sets, con un desempate a 15 puntos. Aceptamos en ese momento, inocentes, sin percibir lo que se nos venía encima.

Y es que habían reorganizado algo el equipo B con alguna incorporación: un killer abrumador, e incluso intentaron que jugara Fabian (ya hubiera sido demasiado para nosotros). Afortunadamente Fabian no aceptó. Pero pronto empezamos a padecer los devastadores efectos del tsunami-killer. Era un rematador total desde cualquier posición que maltrataba la pelota y nuestro campo con violentísimos golpes, casi imposibles de levantar. Todo el equipo jugaba para él, de modo que estuviera donde estuviera por rotación, el último golpe le llegaba a él y la jugada la repetían una y otra vez. La verdad es que esta estrategia nos desarboló en el primer set. Pero en el segundo volvió a aparecer el carácter (lo pone Vall d’Hebron), el criterio (lo mandó Silvia) y la disciplina de hacer lo que sabíamos (un poco cada uno). Nuestro bloqueo empezó a tocarle varios remates, amortiguándolos y alguno bloqueado, fuimos capaces de levantar también varios de ellos y finalmente se fue reduciendo su eficacia pues empezó a mandarlos fuera con más frecuencia que antes. En paralelo fuimos más regulares en la producción de nuestros puntos en ataque, aprovechando las posiciones más propicias y con gran variedad. Así empatamos a 1 y nos fuimos al desempate en el que no les dimos opción con una racha buena de saques que les impidió construir jugadas, llegando a un parcial de 8-1 que ya no pudieron recuperar. 2-1 final ganado y muy peleado y sufrido también.

Para acabar tarde y torneo nos esperaban los israelíes del Maccabi. Este equipo era aguerrido y compacto, pero no tenían aquella violencia en el remate, que apenas pudieron emplear. Eso sí, nos costaba varios intentos el hacerles un punto. Ganamos con cierta holgura el primer set (al final el más temido parecía el más asequible). Pero en el segundo nos desfondamos un poco. Tal vez el cansancio acumulado, una cierta relajación tras las apreturas sufridas antes y el efecto depresor de la lesión por mal apoyo de Francesc (un esguince muy doloroso) nos hizo perder el ritmo y el set. Tuvimos que apelar a la heroica en un último esfuerzo en un nuevo desempate. Y ocurrió lo mismo, controlando el marcador desde el principio con buenos saques. El parcial nos favoreció y ellos tiraron la toalla. Nueva y definitiva victoria por 2-1.

¡Eramos los campeones del torneo con tres victorias de tres! Estallamos en júbilo y fuimos a compartirlo con nuestro Francesc, que, dolorido, estaba siendo atendido por el magnífico fisioterapeuta del club de Alcobendas. Hicimos nuestro corrillo, como está mandado, y levantamos todos nuestra voz para proclamar nuestro estribillo de ánimo hasta desgañitarnos. Ahí quedaba eso.

Hemos conseguido varios objetivos deportivos (ganar aparte): cohesionar mucho el grupo, ser capaces de jugar contra resultados adversos, hemos mostrado carácter y hemos ganado una gran autoestima que esperemos nos sirva en nuestros próximos compromisos. Por último, hemos validado (ya lo sabíamos en mayor o menor grado) el valor de nuestra líder en pista, nuestra gran Silvia Cesarini, nuestro principal capital. Ella es capaz de hacernos jugar, de motivarnos, de detectar al instante con lucidez los defectos y aplicar terapias  inmediatas para corregirlas (que funcionen o no luego depende de nosotros); finalmente es nuestra referencia, todos la mirábamos a ella en los momentos difíciles y supo ofrecernos respuesta.

Nos fuimos a la ducha agotados pero satisfechos y muy orgullosos por lo hecho y conseguido. Luego nos fuimos a cenar a casa de los Muller-Zommer, que nos volvieron a agasajar (mil gracias nuevamente) con una suculenta barbacoa de gambas y carne, regada con buenos caldos, en una velada nocturna muy agradable en su jardín.

Qué gente más agradable y hospitalaria. Nos han conquistado para siempre, más allá de competiciones y resultados, y dejan en nuestra memoria un recuerdo precioso de vivencias, amistad y emociones que conservaremos siempre.

Nos hemos comprometido a corresponder cuando podamos, pero somos conscientes que será difícil siquiera igualar todo lo que se nos ha dado y ofrecido con generosidad en estos tres días.

Un saludo afectuoso y un abrazo sincero a nuestros nuevos amigos de Alcobendas. 
¡Hasta pronto!

Toño Arranz Amo
Promesa del Vall D'Hebrón

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