(Collado Villalba, 15 de diciembre
de 2012). Hace algunas semanas, comentábamos en el club junto al equipo
directivo la importancia de los padres en la formación de sus vástagos, pero
referido a la necesidad de que sus hijos se vean apoyados y acompañados en su
experiencia deportiva, y con la advertencia expresa de que esa formación
deportiva era cuenta de los entrenadores y del club. Se habló especialmente de
evitar “intervenir” en los partidos. Y es que todos conocemos a esos papás
forofos que aparecen y enturbian los partidos, nunca agradables, pero lo del
partido de hoy ha sido algo especial; ha sido lo que se llama una rebelión en
toda regla, y no de un padre sino de todos.
Y es que el partido era un
poco más de lo de siempre, un paseo triunfal del equipo contrario ante unas
chicas agarrotadas por la responsabilidad de ganar un primer set en el
campeonato. Los parciales de 25-12 y 25-16 de los dos primeros sets eran hasta
generosos ya que las chicas del Collado Villalba, poco motivadas por cómo iba
el partido, cometieron 7 y 9 fallos de saque en el primer y segundo set
respectivamente. Y en el banquillo dos jugadoras que no les daba ni para
cantar. Y a la entrenadora le salía un ligero enrojecimiento pomular, porque no
se veía por ningún lado lo entrenado ni de lejos
Y ahí llegó el punto de
inflexión. Los padres se miraron unos a otros preguntándose cómo era posible
haber hecho una burrada de kilómetros para ver un partidillo de 40 minutos, y
sobre todo, dónde estaba el espíritu de lucha que al deporte se le supone y que
ellos saben que sus hijas tienen. Y claro, pasó lo que tenía que pasar: no uno
sino todos se pusieron en pie de guerra y al grito de” a por ellas” empezó el
tercer set. Cada punto se fundía con los gritos de la grada, !!!destrozar la
bolaaaa!!!, !!!Dejaros la piel!!!, !!!Un set, por vuestros padres!!!,y vaya
que si funcionó: cómo le pegaban a la bola… qué pedazo remates… bloqueos,
defensas imposibles, dejadas de artista. En el 10-6 el Collado Villalba ya
había sacado todas las titulares, pero daba igual, enfrente un equipo enrabietado
estaba dando una lección de Voley 16-10, 19-12, 21-15. Éste era nuestro set.
Las chicas impresionantes y los papás dando botes de tal forma que la afición
local ya no miraba el partido, sino el espectáculo de los procreadores.
Ya estaba yo soñando con el titular de la crónica: “La proeza
de las guerreras”, cuando, entre el miedo a conseguir el primer set, y algún
consejillo poco oportuno tipo “ahora hay que asegurar” se diluyó lo conseguido
en fallos de saque, errores de recepción y hasta remates al aire. Vamos, que se
perdió el set 26-24.
Pero este set, que nunca se
debió perder, debe ser un aliciente para las chicas y papás alcobendenses.
Ellas se han dado cuenta de lo que pueden hacer y ellos, por una vez, y
saltándose todas las reglas, han sabido infundir ese espíritu de lucha que
ellas tienen y que a partir de ahora debe siempre aparecer.
¡¡¡Chicas a luchar!!! Papás,
orden y a la grada, el trabajo ya está hecho y es resto es del club. En
Villalba perdimos el partido y el móvil del que narra, hábilmente birlado en el
fragor de la batalla por un coleccionista de iphones inutilizados, pero ha
nacido el “espíritu de Collado” que cambiará la historia de los partidos a
partir de ahora.
Crónica de Miguel Torán
No hay comentarios:
Publicar un comentario