El fin de semana pasado vivimos una fiesta. Una fiesta de deporte, de esfuerzo y de buen rollo, una fiesta en la que mucha gente aportó todo lo que podía para que el resultado fuera brillante y que todos nos sintiéramos parte de ese éxito.
Los padres (muchos del equipo infantil) planchando y arreglando las banderas, limpiando con alcohol el piso para que todo reluciera, decorando el pabellón, cocinando tartas, vendiendo bebida y comida en el chiringuito... y Paula organizándolo todo.
Los alevines como recogebalones luchando por el lugar en las puntas; las infantiles dirigiendo el paseíto de los equipos en la entrega de premios, erguidas y orgullosas; Audra y Esther (del Superliga) celebrando el campeonato de sus compañeras...
Nuestro equipo dando cátedra de voleibol, a pesar del cansancio por el viaje a Pamplona, tanto con su juego como con su actitud; jugadoras y entrenadores hechos una piña..
Sabíamos que en nuestro club tenemos jugadoras con talento, no sólo del natural sino también del que se adquiere cada día incorporando y somatizando su interacción con un exigente programa de entrenamiento. Pero este fin de semana nos demostramos que somos capaces de mucho más. Somos capaces de construir conjuntamente: “en equipo”, generando y asumiendo tareas que nos ayudan a seguir creciendo en este proyecto común que tiene valor, porque nuestras hijas aprenden, se enriquecen y se hacen más fuertes.
Nos quedan mucho por delante: sigamos trabajando juntos, estamos construyendo algo que nos llena de orgullo.
Aguante el Feel!!!
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