Fuenlabrada (Madrid), 3 de febrero. Del centenar de espectadores que llenaron la grada del polideportivo La Cueva de Fuenlabrada, había uno, Leo, que debía conocer el resultado 1-3 de antemano, porque si no es así, nadie se explica cómo es posible que se pasara durmiendo todo el encuentro y sólo se despertara para tomar un biberón de leche “al punto” que le preparó su madre, Rosa, al principio del cuarto set.
Y eso que era el primer partido de su padre, Carlos Carreño, al frente de las juveniles. Pero ni por esas. Él a lo suyo, embutido en su buzo azul marino. Y Rosa tan contenta. Excuso decir que también se perdió el calentamiento y el gesto cariñoso del entrenador del Feel al abrazar a todo el equipo, formando un corrillo, segundos antes de comenzar el partido.
Sonó el pito del árbitro y las chicas del Feel se pusieron a jugar, pero esta vez, con alguna variante: Carmen Unzúe de central titular -quizás, una de las jugadoras que más experiencia va a ganar con Carreño, exjugador de la selección nacional absoluta en el mismo puesto- y Elena, rematando todas las bolas que se acurrucaban junto a la red.
Alcobendas dominaba el set por 8-16 cuando el Fuenlabrada, dirigidas por con eficacia por San Miguel, apretó en defensa y llevó el marcador a 13-17. Feel ajustó el ataque y las locales pidieron tiempo. Pero no pudieron evitar el 17-22 posterior y solicitaron otro, que sí les sirvió para llegar al 21-24. Carreño pidió el suyo, para evitar sorpresas, y se llevó el set con un 25-22.
Leo, seguía con la boquita abierta. Y el Feel lo imitó a partir del 5-5 del segundo set, lo que obligó a Carreño a pedir concentración tras el empate a diez. Se despertaron, más o menos, y la entrenadora del Fuenlabrada, por si acaso, les cantó una nana con el 16-18. Pero Carmen no estaba para canciones. Aplastó la bola en la pista rival y se anotó el 17-20. Desde ahí, y hasta el 19-25, nos abrió los ojos a todos. Perdón, menos al bebé.
Jugar un viernes por la tarde, después de comer, implica un riesgo y el Feel está acostumbrado a entrenar antes de la cena. El Fuenlabrada, conocedor de este dato, quizá, salió disparado en el tercero y puso el marcador en 15-9. Carreño, que había introducido variantes entre Selene, Sofía y Elena, recondujo la situación y alcanzó el empate a diecisiete. San Miguel le cortó la racha con un tiempo y consiguió ganar el set con un meritorio 25-21, el primero que pierde Alcobendas en toda la temporada.
De los primeros puntos del cuarto set no puedo dar cuenta. A Leo le entró el apetito –con un mes de vida, no hay nadie ni nada más importante- y dejé el bolígrafo para ayudar a Rosa a preparar el biberón. ¡Cómo traga! Y ahí debe de estar el truco, en las ganas, porque el marcador lucía un claro 5-14 a favor del Feel cuando mis sentidos regresaron a la cancha.
Fuenlabrada rogó más tiempo, pero ya era tarde. Estaban vencidas. Carreño dio minutos a Ana, Silvia y Olaya. Cumplieron. Alcobendas cerró el partido con un 11-25. Y a casa. Perdón de nuevo, al Amaya Valdemoro. Más entrenamiento para Superliga. Seguro que Leo se quedó dormidito en el coche, soñando que algún día su padre le enseñará a saltar muy alto para rematar una pelota que ronda por la zona tres.
FICHA
Fecha y hora: Viernes, 3 de febrero, a las 17:30 horas (partido aplazado).
Pabellón: La Cueva de Fuenlabrada (Madrid)
Espectadores: Un centenar, de los que la mitad eran adolescentes –dato positivo-.
Árbitros: Miriam Sjenestado y Carlos Portugal (Federación Madrileña de Voleibol).
Equipos:
· CV Fuenlabrada: San Miguel –entrenadora- Martín, Vigil, Lago, Laruit, Polo, Pencheva, Marugán, Aura, Esquilaroza y Sabina.
· Feel Volley Alcobendas: Carlos Carreño –entrenador- Muller, Rodríguez, Figueroa, Unzúe, Lería, L., Lería, S., Pérez, Lobato, Elízaga, Del Rosario y Alonso.
Marcador: 1-3 a favor del Feel Volley Alcobendas (22-25, 19-25, 25-21 y 11-25).
Goyo del Rosario